¿Para quién?
¿A QUIEN SE DIRIGE EL NEUROFEEDBACK® DINAMICO?
El neurofeedback® dinámico NeurOptimal está diseñado para todas las personas, independientemente de su edad :
Bebé
(incluido en el útero)
Niño
Adolescente
Adulto
Mayores
Gracias al neurofeedback dinámico NeurOptimal® y a la plasticidad cerebral natural de cada individuo, todos podemos contribuir a mejorar el funcionamiento de nuestro cerebro. Un sistema nervioso central mejor regulado puede ser beneficioso para todos los sistemas de nuestro cuerpo, mejorando así nuestra calidad de vida y nuestro bienestar general.
Lo que el neurofeedback dinámico puede ofrecerte
- Mejora notable en la calidad del sueño.
- Progreso y fortalecimiento de la atención, concentración y memoria, lo que se traduce en una mayor productividad y eficiencia.
- Mejora significativa en áreas emocionales, como el estado de ánimo y la autoestima, así como en el
- Reducción de los niveles de estrés mediante la regulación de las funciones relacionadas con el sistema nervioso central.
- Cambios positivos en el comportamiento, manifestados, por ejemplo, en una reducción de la reactividad.
- Menos frecuencia de migrañas.
- Aumento de la creatividad, sensación de decisión e ingenio.
- Reducción del deseo en las adicciones (alcohol, cafeína, nicotina, otras drogas, alimentos, entre otros).
Al permitir que el cerebro se autorregule y optimice su funcionamiento, el neurofeedback dinámico contribuye a mejorar o atenuar los síntomas de una variedad de trastornos.
¿Cómo podría sentirme después de mi sesión?
Después de una sesión de neurofeedback dinámico, cada persona puede sentir inmediatamente una sensación muy agradable de calma, relajación, bienestar y liberación. Sin embargo, también puede experimentar, después de algunas horas, un aumento de la energía, el entusiasmo, la motivación, la creatividad y la claridad para abordar las soluciones más apropiadas para una situación o problema.
Las preguntas encuentran respuestas, lo que permite a cada individuo ir más rápido al núcleo de la cuestión y sentirse más centrado en el momento presente, en sí mismo y en lo que le es más beneficioso.
Los cambios percibidos no necesariamente corresponden a las expectativas iniciales o no se expresan verbalmente. De hecho, es el propio cerebro el que toma decisiones y define sus propias opciones de regulación.